Guterres llegó a Ucrania y primero visitó Bucha e Irpin, en las afueras de Kiev, donde se hallaron cuerpos de civiles asesinados luego de la retirada de fuerzas rusas que las ocuparon.
Ucrania dijo que Rusia redobló una ofensiva en el este y atacó varias localidades en un intento de rodear a tropas ucranianas, incluida la capital Kiev en momentos en que era visitada por el secretario general de la ONU, António Guterres.
“Ataques con misiles en el centro de Kiev durante la visita oficial de Antonio Guterres”, afirmó en Twitter el asesor presidencial ucraniano Mijailo Podoliaki.
“En la tarde, el enemigo disparó contra Kiev, dos ataques sobre el distrito de Chevchenkovsky”, confirmó el alcalde Vitali Klitschko, que agregó que “las informaciones en cuanto a las víctimas están siendo esclarecidas”.
Más tarde se reunió con el presidente Volodimir Zelenski. “Estoy aquí para decirles a usted, señor presidente y al pueblo de Ucrania: no nos rendiremos”, afirmó Guterres en conferencia de prensa.
Asimismo, dijo que el Consejo de Seguridad de la ONU “no hizo todo lo que estaba a su alcance” para evitar el conflicto, lo cual representa “una fuente de gran desilusión, frustración e ira”.
“Muchos líderes hicieron muchos buenos esfuerzos para detener la lucha, aunque estos, hasta ahora, no tuvieron éxito”, sostuvo Guterres.
En ese sentido, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió al Congreso que apruebe “lo más rápido posible” un nuevo paquete de ayuda a Ucrania por 33.000 millones de dólares.
En un discurso en la Casa Blanca, Biden reconoció que ese apoyo “no es barato” pero Washington no puede “permanecer al margen” frente a las “atrocidades y agresiones” de Rusia.
“No estamos atacando a Rusia, estamos ayudando a Ucrania a defenderse de la agresión rusa y así como (el presidente ruso, Vladimir) Putin eligió lanzar esta invasión brutal, nosotros podemos elegir poner fin a esta invasión brutal”, dijo.
En tanto, la Fiscalía General de Ucrania inculpó a 10 soldados rusos por presuntos crímenes de guerra cometidos en Bucha, una de las localidades donde estuvo Guterres y donde Ucrania afirma que tropas rusas cometieron masacres deliberadas de civiles, cuyos cuerpos fueron hallados tirados en las calles o enterrados en fosas comunes.
En Bucha, Guterres inspeccionó fosas comunes e instó a Moscú a cooperar con la investigación internacional sobre presuntas atrocidades cometidas en Ucrania que lleva adelante la Corte Penal Internacional (CPI), único tribunal internacional que juzga a individuos por crímenes de guerra, contra la humanidad o genocidio.
“Cuando vemos este lugar horrible, entiendo cuán importante es tener una investigación completa y establecer las responsabilidades. Insto a Rusia a cooperar con la CPI”, expresó.
A pedido de Guterres, un equipo de la ONU partió hoy de Kiev a la sureña ciudad de Zaporiyia para “preparar” una posible evacuación de civiles de Mariupol, anunció la coordinadora humanitaria de la ONU en Ucrania, Osnat Lubrani.
Intentos previos de sacar a civiles de Mariupol fracasaron por falta de acuerdo entre Ucrania y Rusia sobre las rutas de evacuación y otras cuestiones.
Antes de ir a Ucrania, Guterres estuvo esta semana en Moscú y se reunió con Putin, a quien pidió colaborar con la ONU para permitir la evacuación de los civiles de zonas de combate en Ucrania, sobre todo de la sureña ciudad de Mariupol, ubicada en el Donbass.
En un comunicado, la Fiscalía General de Ucrania dijo que los 10 soldados rusos inculpados de crímenes en Bucha pertenecen a la 64ª brigada de fusileros motorizados y “son investigados en vinculación con el trato cruel de civiles y otras violaciones de la ley y costumbres de la guerra”.
Según la fiscalía, los militares rusos tomaron de rehenes a civiles desarmados mientras ocuparon Bucha, en marzo, y no les dieron de comer ni de beber, informó la agencia de noticias AFP.
“Los sospechosos los hicieron poner de rodillas, les vendaron los ojos con tela y papel autoadhesivo, les ataron las manos con cintas plásticas, y amenazaron con matarlos disparando de manera deliberada en su dirección”, agregó la nota.
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania dijo hoy en un comunicado que Rusia aumentó el ritmo de su ofensiva en Donetsk y Lugansk, las dos provincias que forman el Donbass, y continuó con sus ataques en la vecina provincia de Jarkov.
Las fuerzas rusas “están ejerciendo fuego intenso” en casi todas las direcciones, dijo la nota, que agregó que la mayor intensidad de las acciones era cerca de la ciudad de Jarkov, cuya captura es clave para el intento ruso de encerrar a las tropas ucranianas.
Serhiy Haidai, el gobernador de Lugansk, informó que el Ejército ruso bombardeó zonas residenciales de esa provincia “29 veces con aviones, múltiples lanzamientos de cohetes, artillería de tubo y morteros”. Cuatro civiles murieron y cuatro más resultaron heridos en los ataques en las últimas 24 horas, agregó.
La guerra entró recientemente en una nueva fase con una ofensiva rusa en la región del este ucraniano conocida como Donbass tras el repliegue de Kiev, y ayer Rusia abrió otro frente al cortar el envío de gas a Polonia y Bulgaria, países de la Unión Europea (UE) y la OTAN, en respuesta a sanciones que Occidente le aplicó por la invasión.
Tras replegarse de Kiev, a fines de marzo, Rusia anunció una ofensiva para “liberar” el Donbass, donde separatistas prorrusos alzados en armas desde 2014 han proclamado “repúblicas” cuya independencia fue reconocida por Moscú antes de invadir a Ucrania.
Estados Unidos y sus aliados europeos dieron toneladas de armas a Kiev y prometieron más, incluso Alemania, que al principio se negaba. De hecho, el parlamento alemán aprobó hoy una moción del gobierno para transferir a Ucrania también armamento pesado, luego de que Berlín dijera que iba a entregarle tanques antiaéreos.